Control de pulgas y garrapatas en gatos

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Las garrapatas son parásitos que se adhieren a la piel de perros, gatos y otros mamíferos. Estos parásitos se alimentan de la sangre del huésped y pueden causar intoxicación o sensibilización y, en algunos casos, anemia hemorrágica. Las garrapatas también pueden transmitir enfermedades bacterianas o virales. La piel, los sistemas linfático e inmunológico y el sistema nervioso pueden verse afectados negativamente si no se tratan. Las garrapatas se desarrollan a través de cuatro etapas: huevo, larva, pupa y adulto.

Síntoma

Las garrapatas se pueden ver claramente en el cuerpo de un gato, especialmente a medida que se desarrollan (los ácaros). Las garrapatas tienen un escudo dorsal duro y es posible que note estos pequeños nódulos al palpar la piel (examen de la mano) o al acariciar animales con frecuencia. También pueden aparecer otros síntomas si se desarrolla una enfermedad transmitida por garrapatas.

Razón

Las garrapatas se sienten atraídas por el calor, el dióxido de carbono en la piel y otros olores asociados que emite el huésped. Los gatos adquieren garrapatas cuando están en contacto directo con ambientes infestados de garrapatas (por ejemplo, pastos altos, bosques).

Diagnosticar

Su veterinario examinará la piel de su gato en busca de pulgas o garrapatas en los orificios y realizará pruebas de laboratorio para detectar enfermedades de la sangre u otras enfermedades relacionadas con las garrapatas que puedan desarrollarse en la sangre.

Tratamiento

Los gatos pueden ser tratados como pacientes ambulatorios para eliminar las garrapatas y hacerlo tan pronto como se observen en el cuerpo del gato.

Viviendo y controlando

Limpia la piel del gato a fondo para prevenir la inflamación local y la infección secundaria.

Evitar

Para evitar la exposición a las garrapatas, evite los entornos que puedan albergar garrapatas, como los bosques. Es menos probable que los patios bien mantenidos alberguen garrapatas. Las garrapatas no saltan, por lo que depende de la hierba alta, arbustos, etc., para adherirse a los animales que pasan.

Los gatos de corral corren un mayor riesgo y deben ser controlados regularmente para prevenir la exposición prolongada a las garrapatas. Cuanto más tiempo la garrapata esté en contacto con el gato, mayor será el riesgo de transmitir la enfermedad.