Arteritis en perros

5167

Poliartritis en cachorros y síndrome de dolor de Beagle

La poliartritis del cachorro, también conocida como síndrome de dolor del beagle, es una enfermedad sistémica de origen genético que afecta solo a determinadas razas de perros. La enfermedad es común en los beagles jóvenes, aunque se han observado síndromes similares en otras razas, en particular la de Berna. Es bastante raro y puede considerarse como la inflamación de una o más arterias con una alergia o infección de los pequeños vasos sanguíneos de la médula espinal en el cuello y el corazón.

Los síntomas de la enfermedad parecen aparecer y desaparecer muy rápidamente, con signos que se confunden fácilmente con una infección bacteriana: fiebre alta, dolor, recuento alto de glóbulos blancos. Este diagnóstico incorrecto hará que la poliartritis sea difícil de tratar, porque los antibióticos no son efectivos. Si su veterinario no sospecha que su perro tiene síndrome de dolor de beagle mientras muestra estos signos, debe pedirle a su veterinario que lo investigue. Especialmente si su perro acaba de someterse a un tratamiento con antibióticos. Esta condición también puede estar relacionada con vasculitis necrotizante: vasos sanguíneos inflamados o tejido vascular muerto.

Síntomas y formas de enfermedad.

  • Dolor de cuello
  • Rigidez en el cuello
  • Cabezota
  • Hogback
  • Gruñendo molesto al ser recogido
  • Espasmos musculares (especialmente en las patas delanteras y el cuello)
  • Vibración
  • Fiebre
  • Anorexia
  • Comatoso
  • Perezoso para hacer ejercicio

Para los cachorros con esta enfermedad, abrir el hocico les causará un dolor que hará que no quieran ladrar. Los síntomas se volverán más obvios cuando el perro tenga entre 4 y 10 meses de edad, pero este síntoma aún puede aparecer en perros mayores. La afección desaparecerá por sí sola sin tratamiento, pero generalmente regresará en unos pocos meses.

Razón

Un factor genético subyacente es una de las causas de polimiositis en cachorros cuando solo ciertas razas son propensas a esta condición. Los investigadores médicos también sospechan que un factor autoinmune puede causar polimiositis.

Diagnosticar

Deben descartarse enfermedades como meningitis bacteriana, espondilitis, tumores espinales y enfermedad del disco cervical antes de confirmar el diagnóstico de polimiositis en cachorros. Si la vasculitis necrotizante, las radiografías no pueden demostrar la enfermedad, es mejor realizar una punción lumbar para determinar la naturaleza de la enfermedad. Aunque esta es una forma de meningitis, no es causada por bacterias, por lo que los antibióticos no la curarán.

Su médico necesitará un análisis de sangre completo para determinarlo mejor. Los resultados de la prueba pueden mostrar anemia (glóbulos rojos bajos), un recuento alto de glóbulos blancos, una infección u otras anomalías sanguíneas. Los perros también suelen tener fiebre, lo que indica una infección.

Tratamiento

La prednisona, un fármaco inmunosupresor antiinflamatorio similar a la cortisona, se usa comúnmente para tratar la enfermedad. La enfermedad tiende a mejorar rápidamente en unos pocos días, pero a menudo reaparece cuando se suspende el medicamento. Por lo tanto, continuar el tratamiento hasta por 6 meses ayudará en el tratamiento a largo plazo de la enfermedad. Al inicio del tratamiento, la terapia con esteroides debe ser hasta el punto que alivie los síntomas, después de lo cual su veterinario puede recomendar un régimen de tratamiento. Durante el tratamiento, la cantidad de medicamento se reducirá gradualmente al nivel más bajo posible para controlar los síntomas. Si los síntomas reaparecen, se debe reiniciar la terapia con esteroides.

Cuidar de

Uno de los efectos secundarios del tratamiento con esteroides es la retención de líquidos y la sed rápida. Para que su perro se sienta más cómodo, debe dejar que orine con frecuencia, aunque solo sea una pequeña cantidad. Un entorno tranquilo y no excitable es importante. El ejercicio puede ser doloroso durante la recuperación, así que mantenga a su perro en un espacio aislado, alejado de los niños y otros animales, al menos hasta que los síntomas hayan desaparecido. Incluso después de recuperarse, debe estar alerta a la posibilidad de que su perro tenga una recaída.