Artritis infecciosa en perros

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Artritis infecciosa en perros

La artritis séptica es una forma de artritis que se observa comúnmente después de una lesión, causada por microorganismos, después de una cirugía o cuando los microorganismos ingresan a la articulación a través del torrente sanguíneo. Las infecciones de otros órganos del cuerpo pueden hacer que estos microorganismos ingresen al líquido sinovial.

La artritis infecciosa es diferente a la artritis. La artritis se caracteriza por la inflamación de una o más articulaciones, mientras que la artritis séptica es una enfermedad inflamatoria de las articulaciones acompañada de una enfermedad causada por microorganismos (generalmente bacterias) dentro del líquido articular.

Esta enfermedad suele aparecer en perros machos de entre 4 y 7 años. Las razas de perros susceptibles a la enfermedad incluyen pastores alemanes, dóberman y labradores.

Síntomas y formas de enfermedad.

  • Dolor
  • Fiebre
  • Comatoso
  • Anorexia
  • Inflamación de articulaciones
  • Rodillas con artritis en piernas.
  • Se siente caliente al tacto y la articulación se inflama.
  • Incapacidad para mover una articulación inflamada.

Razón

Los perros con sistemas inmunitarios débiles o anormales o diabetes tienen un mayor riesgo de infecciones, incluida la artritis séptica. Otros factores / causas subyacentes incluyen:

  • Infecciones oportunistas después de traumatismos, mordeduras (p. Ej., Peleas con otros animales), heridas de bala o cirugía
  • Infección de otra parte del cuerpo.
  • Infecciones por hongos

Diagnosticar

Los perros con esta afección a menudo son llevados al veterinario cuando tienen síntomas de cojera. Su médico necesitará un registro médico detallado, que incluya accidentes previos, peleas con otros animales u otras enfermedades. Un examen físico detallado ayudará a su médico a identificar una o más articulaciones afectadas. También se considerarán otras enfermedades que pueden hacer que un perro cojee.

Las pruebas de laboratorio de rutina incluyen un hemograma completo, un perfil bioquímico y un análisis de orina. Los resultados de estas pruebas son en su mayoría normales, con la excepción de un hemograma completo, que puede revelar la presencia de infección e inflamación en la sangre. Las radiografías de la articulación inflamada también ayudan a observar los cambios en la articulación inflamada. En los perros con inflamación crónica, los cambios en la estructura articular a menudo serán obvios, incluidos huesos rotos, espacios articulares inusuales y formación articular anormal, todo lo cual se puede ver en las radiografías.

La prueba más importante para el diagnóstico es el análisis del líquido extraído del líquido articular. Para obtener el líquido articular, el médico anestesiará al perro antes de realizar el procedimiento. Esta prueba mostrará aumento de líquido articular, cambio en el color del líquido articular, aumento del recuento de células inflamatorias y bacterias patógenas. Su veterinario puede recomendar cultivar una muestra de líquido articular para cultivar microorganismos patógenos en el laboratorio. Esta cultura ayudará a confirmar el diagnóstico y a encontrar una cura para la enfermedad.

Para los perros sospechosos de tener una infección en otro órgano, se cultivarán muestras de sangre y orina. Si hay bacterias presentes en la sangre y la orina, una prueba de cultivo permitirá que las bacterias crezcan, lo que ayudará a establecer un diagnóstico y desarrollar un plan de tratamiento.

Cuanto antes se cree un plan de tratamiento, mayores serán las posibilidades de una cura completa.

Tratamiento

Después de tomar muestras de sangre y líquido articular y confirmar el diagnóstico de una infección bacteriana, su médico le recetará antibióticos para combatir la infección. El antibiótico que funcione mejor para su perro dependerá de los resultados de la prueba de sensibilidad y del cultivo, los cuales le informarán a su veterinario sobre el microorganismo involucrado en la infección articular.

Es posible que sea necesario drenar y limpiar las articulaciones inflamadas para evitar daños mayores en la articulación. En perros con infecciones articulares crónicas, puede ser necesaria una cirugía para eliminar los restos óseos y limpiar la articulación. Se colocará un catéter durante la cirugía para continuar drenando el líquido durante varios días.

La artroscopia, una artroscopia que se inserta en la articulación a través de una pequeña incisión, es otra técnica que se puede usar para examinar el interior de una articulación y, a veces, también se usa para tratar el interior de la articulación. En comparación con la cirugía, la artroscopia es una técnica menos invasiva.

Identificar la fuente de la infección es muy importante para un tratamiento exitoso y a largo plazo. Si la infección está presente en otras partes del cuerpo, especialmente si es la causa de una enfermedad articular, tratar esa área de infección es tan importante como tratar la articulación infectada. Su médico podrá tomar una muestra de líquido de la articulación diariamente para ver si la infección todavía está presente en la articulación. Una vez que el líquido deja de salir de la articulación, se retira el catéter.

Cuidar de

La alternancia de compresas frías y calientes en la articulación afectada ayudará a promover la circulación sanguínea y reducirá la hinchazón, promoviendo así la curación. Puedes aplicarlo a tu perro en casa. Su médico le aconsejará que limite los movimientos de su perro hasta que se cure la enfermedad. Si le resulta difícil mantener a su perro en un lugar, puede dejarlo en la jaula por un tiempo. Las caminatas al baño deben ser cortas y en lugares que le faciliten al perro caminar.

Si es necesario, su médico le dirá cómo cuidar adecuadamente el catéter colocado en la articulación de su perro. Aunque muchos perros responden bien al tratamiento con antibióticos, en algunos perros la infección tarda mucho en desaparecer, lo que puede requerir un tratamiento antibiótico más prolongado. Los perros generalmente responden al tratamiento con antibióticos dentro de las 24 a 48 horas, pero para algunos perros, puede demorar de 4 a 8 semanas o incluso más.

Incluso si los síntomas desaparecen rápidamente, es importante tomar la dosis completa recetada por su médico para evitar una reinfección.