Reacciones a las transfusiones de sangre en perros

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Hay muchas reacciones que pueden ocurrir con cualquier infusión de hemoderivados. La mayoría de las reacciones ocurren durante o poco después de una transfusión de sangre. En particular, los perros de raza pura que han recibido previamente transfusiones de sangre tienen un mayor riesgo de sufrir reacciones transfusionales graves que otros perros.

La condición o enfermedad descrita en este artículo puede afectar tanto a perros como a gatos. Si desea obtener más información sobre los efectos de esta enfermedad en los gatos, visite esta página.

Síntomas y clasificación.

Las reacciones a las transfusiones se pueden clasificar en una de las siguientes condiciones: afectación del sistema inmunológico; reacción aguda (reacción inmediata, repentina); o respuesta lenta.

Los síntomas agudos de una reacción a la transfusión pueden incluir fiebre, vomitando, pérdida de fuerza, incontinencia, shock, colapso y pérdida de la eficacia de la transfusión sistémica. Los síntomas de una reacción retardada a menudo no son obvios y solo conducen a una pérdida de la eficacia de la transfusión.

Los síntomas variarán según la causa exacta. La transfusión de sangre contaminada puede provocar fiebre, shock y sepsis, una afección en la que las bacterias que causan enfermedades ingresan al torrente sanguíneo. La sobrecarga circulatoria debido a una transfusión de sangre rápida o excesiva puede provocar vómitos, tos e insuficiencia cardíaca. Hipotermia, posiblemente por transfusiones de sangre congelada, a menudo en perros pequeños o perros que experimentan hipotermia (temperatura corporal anormalmente baja), que se detecta fácilmente cuando se producen escalofríos y deterioro de la función plaquetaria.

Razón

Hay algunas circunstancias que pueden provocar una reacción a la transfusión, como una transfusión de tipo sanguíneo inadecuado; transfusión de sangre contaminada y enfermedades infecciosas transmitidas por sangre de perros donantes enfermos; sobrecarga circulatoria debido a una transfusión de sangre demasiado rápida o excesiva; o infusión de glóbulos rojos dañados por un almacenamiento inadecuado (es decir, por estar demasiado caliente o demasiado frío). Además de estas causas, el sistema inmunológico de un perro puede reaccionar a diferentes componentes de la sangre del donante. Los síntomas suelen aparecer durante un período de tres a catorce días.

Diagnosticar

El diagnóstico de una reacción a la transfusión se basa principalmente en los síntomas que aparecen después de una transfusión de sangre. Las pruebas incluyen análisis de orina, reevaluación del tipo de sangre para confirmar el rechazo de la sangre del perro donante y análisis bacteriológico de la sangre transfundida.

Los síntomas de una reacción que produce fiebre o hipotensión (presión arterial baja) también pueden diagnosticarse como enfermedad inflamatoria o pueden ser causados por una enfermedad infecciosa.

Tratamiento

Si su perro reacciona a una transfusión de sangre, su veterinario detendrá inmediatamente la infusión y le administrará líquidos para mantener la presión arterial y la circulación en su perro. Dependiendo de la gravedad y la causa de la reacción, es posible que se necesiten intervenciones adicionales. El tratamiento específico se basará en la causa y los síntomas, y también puede requerir medicación. Por ejemplo, se pueden usar antibióticos intravenosos (IV) para la sepsis o la infección bacteriana.

Cuidar de

Los signos vitales básicos de los perros enfermos (respiratorios y pulso) deben controlarse antes, durante y después de la transfusión de sangre. Además, la temperatura, los sonidos pulmonares y el color del plasma deben controlarse con regularidad.

Evitar

Las reacciones a las transfusiones se pueden prevenir siguiendo las pautas estándar de transfusión de sangre: pruebas exhaustivas de los grupos sanguíneos para garantizar la compatibilidad, el estado de la sangre de los perros donantes para prevenir infecciones o la transmisión de enfermedades y almacenar adecuadamente la sangre donada. La transfusión inicial debe comenzar a 1 ml por minuto y toda la actividad de la transfusión debe registrarse con precisión en la historia clínica del paciente.