Enfermedad renal poliquística en gatos

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Enfermedad renal poliquística en gatos

Cuando la mayor parte del parénquima renal de un gato, el tejido funcional y distintivo del riñón, se reemplaza por múltiples quistes, la afección se conoce como enfermedad renal poliquística.

Un quiste es un saco cerrado que se puede llenar con aire, líquido o semisólidos. Los quistes renales se desarrollan en nefronas preexistentes (las células filtrantes del tejido renal y en los conductos del riñón). Esta enfermedad siempre afecta a ambos riñones en un gato.

Si bien la poliquistosis renal no suele poner en peligro la vida, debe tratarse lo antes posible para evitar que el quiste progrese y desarrolle una infección bacteriana secundaria, o puede provocar sepsis, es decir, la presencia de organismos que causan pus en la sangre.

Tanto los perros como los gatos pueden desarrollar poliquistosis renal, y algunas razas son más susceptibles a ella. Las razas de gatos como la persa o estrechamente relacionada con la persa, incluidos los del Himalaya y los Scottish Folds, son más susceptibles a esta enfermedad que otras razas.

Si desea obtener más información sobre cómo afecta esta enfermedad a los perros, visite esta página

Síntomas y formas de enfermedad.

La enfermedad renal poliquística puede ser difícil de detectar en sus primeras etapas. Los quistes a menudo pasan desapercibidos hasta que se vuelven lo suficientemente grandes y numerosos como para contribuir a la insuficiencia renal de un gato o al agrandamiento del abdomen. La mayoría de los gatos no muestran ningún síntoma en las primeras etapas de la formación y el crecimiento del quiste.

Una vez que la enfermedad ha progresado, se puede encontrar un riñón abultado y protuberante. Esto se puede ver al tocar la barriga del gato, detectando los espasmos incontrolables de los músculos abdominales.
La mayoría de los quistes renales son indoloros, por lo que es posible que el gato no muestre ninguna molestia, pero una infección secundaria asociada con el quiste puede provocar molestias más adelante en la vida.

Razón

La enfermedad renal poliquística es un trastorno genético conocido en la raza de gato persa. Sin embargo, la enfermedad no se limita a esta raza de gatos, ya que otras razas también son susceptibles.
Además de los factores genéticos conocidos, no se han establecido otros factores que desencadenan exactamente el desarrollo de quistes renales. Sin embargo, factores ambientales y endógenos también influyen en el desarrollo de esta enfermedad.

Los compuestos endógenos que se cree que contribuyen al crecimiento del quiste incluyen la hormona paratiroidea (una hormona secretada por la hormona paratiroidea del sistema endocrino) y la hormona vasopresina (una hormona peptídica sintetizada en la región de la glándula tiroides) (hipotálamo).

Diagnosticar

Un procedimiento de diagnóstico que se puede utilizar si se sospecha una enfermedad renal poliquística es una prueba con aguja de líquido extraído de los riñones del gato, que puede ayudar a determinar la fuente del quiste.

Los procedimientos de diagnóstico adicionales que se pueden solicitar incluyen una ecografía del abdomen, que puede ayudar a detectar quistes en algunos órganos, análisis de orina y examen del líquido del quiste. Se puede realizar un examen bacteriológico del líquido del quiste para determinar si se ha desarrollado una infección secundaria y se necesita tratamiento. También puede haber hipertensión, también conocida como presión arterial alta.

Si la poliquistosis renal no es la causa de los síntomas existentes en el gato, los diagnósticos pueden incluir el crecimiento de células no naturales, como tumores renales, insuficiencia renal y una variedad de enfermedades, otras del riñón.

Tratamiento

Actualmente no existe cura para los quistes renales, por lo que el tratamiento a menudo solo puede minimizar las consecuencias de la formación de quistes, como una infección en el riñón. Se puede utilizar la extracción periódica de líquido de un quiste renal grande con una aguja (un proceso llamado aspiración) para aliviar el dolor y reducir el tamaño del tumor, y se pueden recetar ciertos medicamentos para tratar los síntomas y las complicaciones secundarias, como una infección urgente.

Cuidar de

Los gatos con enfermedad renal poliquística deben ser monitoreados cada dos a seis meses para detectar afecciones asociadas, como infección renal, insuficiencia renal y dolor. Si no se produce sepsis y sepsis (presencia de pus y bacterias tóxicas en la sangre), el pronóstico a corto plazo es favorable, incluso si el gato no recibe tratamiento.

El pronóstico a largo plazo de los gatos con poliquistosis renal a menudo depende de la gravedad de la enfermedad y de cualquier progresión posterior asociada con la insuficiencia renal.

Evitar

Debido a que no se ha determinado la causa exacta de la poliquistosis renal, no se toman precauciones específicas. Sin embargo, no se puede descartar que la causa de esta enfermedad esté relacionada con la cría selectiva de gatos, ya que casi 40% persas padecen esta enfermedad. Además, la selección reproductiva puede reducir la diversidad genética, aumentando así la frecuencia de otros rasgos genéticos indeseables para estos gatos de raza pura.

Los propietarios de persas y parientes persas deben estar familiarizados con los síntomas de la poliquistosis renal para que puedan responder de forma proactiva.