Tumores grasos (benignos) en perros

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Lipoma infiltrativo en perros

El lipoma infiltrativo es una variante de tumor que no hace metástasis (se disemina), pero se sabe que infiltra los tejidos blandos, especialmente los músculos. Este es un tumor invasivo benigno que se forma a partir del tejido adiposo y, aunque invade principalmente el tejido muscular, también se encuentra comúnmente en la fascia (el componente de tejido blando del sistema de tejido conectivo)., Tendones, nervios, vasos sanguíneos, saliva glándulas, ganglios linfáticos, cápsula articular y, a veces, hueso. Los infiltrados musculares suelen ser tan extensos que la cirugía no se puede realizar sin consecuencias graves.

Los lipomas infiltrantes ocurren con menos frecuencia que tumor de grasa. Cuando ocurre la enfermedad, generalmente es en perros adultos y generalmente afecta más a las hembras que a los machos. Perro Labrador retriever sospecha de tener un mayor riesgo de enfermedad.

Síntomas y clasificación.

  • Masa grande de tejido blando
  • Hinchazón de los músculos
  • Infiltración en la región pélvica, muslos, hombros, pecho y musculatura cervical lateral (en el costado del cuello)

Razón

Desconocido

Diagnosticar

Deberá proporcionar un historial completo de su perro, la aparición de los síntomas. Su veterinario utilizará imágenes de rayos X para ver el tejido graso denso entre las estructuras densas de tejido blando, y la tomografía computarizada (TC) ayudará a caracterizar el tumor para que el veterinario pueda planificar qué tipo de radioterapia es mejor. Sin embargo, distinguir la grasa normal del lipoma infiltrativo puede ser complejo y problemático.

Se puede obtener una muestra de células tumorales mediante aspiración con aguja para análisis de laboratorio, y esto puede ayudar al médico a distinguir entre tejido adiposo normal y lipoma. Los tumores de grasa tienen la característica especial de que se infiltran en el músculo, por lo que el médico puede diagnosticar la forma en función de su comportamiento en la estructura muscular.

Tratamiento

La característica naturaleza profundamente invasiva de este tumor, junto con la dificultad para distinguir entre el tumor y el tejido adiposo normal, hace que la extirpación sea extremadamente difícil. Los márgenes tumorales mal definidos también pueden contribuir a la alta tasa de recurrencia después de que se ha realizado la resección quirúrgica. La mayoría de los perros con enfermedad posoperatoria recaen en un plazo de 3 a 16 meses, con una incidencia estimada de 36-50%.

Hay una excepción, que es cuando un tumor ya está en una de las extremidades y se amputa toda la extremidad. Sin embargo, la amputación de la extremidad afectada solo debe realizarse cuando la calidad de vida se vea afectada, ya que estos tumores causarán pocas molestias, a menos que interfieran con el movimiento, causen dolor por presión o se desarrollen en una ubicación extremadamente importante, como un gran vaso sanguíneo. También se recomienda la amputación antes de que se pueda lograr el crecimiento del tumor más allá de los márgenes quirúrgicos.

La radioterapia puede ayudar con el control del tumor a largo plazo. En un estudio retrospectivo de 13 perros, la supervivencia media se estimó en 40 meses y solo se sacrificó a un perro. Los perros con enfermedad medible solo pueden tener tumores estables (es decir, sin más efectos sobre la salud. Los veterinarios solo recetarán medicamentos que estén directamente relacionados con el tratamiento, como los que detienen o ralentizan el crecimiento de los tejidos).