Etiqueta: anorexia
Demencia (enfermedad senil) en perros
Afección asociada con el envejecimiento del cerebro que produce cambios cognitivos, pérdida de memoria y disminución de la respuesta a los estímulos.
Lombrices intestinales en gatos
La ascariasis es un parásito intestinal causado por Ascaris lumbricoides. Esta condición puede provocar hinchazón abdominal, dolor abdominal e incluso ruptura intestinal.
Oclusión auriculoventricular - Mobitz tipo I en perros
La oclusión AV de segundo grado ocurre cuando se retrasa la conducción de impulsos eléctricos en el nodo auriculoventricular. La mayoría de los perros con esta afección no muestran signos.
Envenenamiento por el fármaco para el corazón digoxina en perros
Una de las preocupaciones más importantes sobre esta afección es la toxicidad para las células del músculo cardíaco, conocida como cardiomiotoxicidad.
Oclusión auriculoventricular - Mobitz tipo I en gatos
Oclusión AV de segundo grado: Mobitz I también puede verse afectado por afecciones no cardíacas. Esta condición no es común en gatos.
Hipocalcemia en perros
El calcio juega un papel importante en las funciones esenciales del organismo. Por lo tanto, la deficiencia de calcio es una afección grave que debe tratarse con prontitud.
Heces negras como el alquitrán debido a la sangre en los gatos
Las heces negras, el término utilizado para describir las heces alquitranadas, a menudo se ven como resultado de sangrado en la parte superior del tracto digestivo.
Paladar hendido en perros
Un paladar hendido es una abertura anormal en el techo de la boca. Eso es porque los dos lados de la hendidura no entran en contacto entre sí y se fusionan durante el desarrollo embrionario.
Inflamación crónica del ano, recto o zona perineal ...
La fístula anal es un trastorno en el que el ano, el recto y el área perineal de un gato se inflaman e irritan. Tanto los perros como los gatos son susceptibles a la fístula anal.
Inflamación crónica del ano, recto o zona perineal ...
La fístula anal es un trastorno en el que el ano, el recto y el área perineal de un perro o gato se inflaman e irritan. Tanto los perros como los gatos son susceptibles a la fístula anal.