Hernia de disco, dolor de espalda y espasmos musculares en perros

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Enfermedad de hernia discal (IVDD) en perros

La enfermedad por hernia de disco (IVDD) es una afección en la que los discos entre las vértebras de la columna vertebral se abultan o se rompen (hernia) en el espacio espinal de la médula espinal. Estos discos luego presionan los nervios que atraviesan la médula espinal causando dolor, daño a los nervios e incluso parálisis.

Las razas de perros propensas a las hernias de disco incluyen: Dachshund, Beagle, Basset Hound y Shih Tzu.

Síntomas y clasificación.

Formados por un coloide rodeado por una capa exterior gruesa de material, los discos son esencialmente los amortiguadores de la columna. Hay dos tipos de hernia de disco que se observan en perros: tipo I y tipo II, donde el tipo II generalmente tiene signos y síntomas menos graves.

Los síntomas de IVDD en perros pueden incluir:

  • No quiero saltar
  • Dolor y debilidad en las patas traseras (cojera)
  • Doloroso hasta las lágrimas
  • Comportamiento inquieto
  • Espasmos musculares en la espalda o el cuello
  • Inclinar la espalda o el cuello con músculos flexionados
  • Disminución del apetito y niveles de actividad.
  • Pérdida del control de la vejiga y / o los intestinos (incontinencia urinaria y pérdida del control intestinal)

Razón

En el tipo I, que es común en el área del cuello en perros pequeños, el disco desarrolla una capa dura (también llamada calcificación) en la capa externa. Esto daña el disco de cuña y lo daña fácilmente. Cualquier impacto fuerte, como saltar y aterrizar, puede hacer que uno o más discos se rompan y el material del interior presione la médula espinal. Con una hernia de disco tipo II, el disco se vuelve duro y fibroso durante mucho tiempo y finalmente se rompe, abulta y comprime la médula espinal.

Cuando se comprimen los nervios de la médula espinal, los impulsos nerviosos no pueden llegar a su destino final en las extremidades, vejiga, etc. Si el daño es lo suficientemente grave, puede producirse parálisis o pérdida de control en la vejiga y el intestino. Dependiendo de la ubicación del disco abultado, los signos de la enfermedad pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, desde el cuello hasta las patas traseras.

Diagnosticar

El examen realizado por su médico incluirá una serie completa de pruebas neurológicas para ayudar a determinar dónde está la lesión en la médula espinal. Las radiografías pueden mostrar irregularidades en la forma de la columna. Sin embargo, debido a que la médula espinal no se muestra en las radiografías, es posible que se necesiten métodos de imágenes especiales para determinar el origen de la lesión.

Esta prueba especial, llamada mielograma, inyecta un tinte especial en la columna, la rodea y permite que se vea en las radiografías. Para hacer esto, el animal debe estar anestesiado. En algunos casos, se puede utilizar una resonancia magnética (resonancia magnética) o una tomografía computarizada (tomografía computarizada) para localizar el nervio pinzado, que es necesario para la reparación quirúrgica.

Tratamiento

Dependiendo de la gravedad de la lesión de la médula espinal, los tratamientos pueden variar desde el mantenimiento hasta la cirugía. El cuidado cuidadoso del perro incluye el tratamiento con medicamentos como esteroides y antiinflamatorios que ayudan a reducir la hinchazón y el dolor. Los perros también deben permanecer en una jaula o jaula para evitar que se produzcan más complicaciones durante un máximo de seis semanas. Después de un período de descanso, puede volver gradualmente a su actividad normal.

Si la enfermedad es demasiado grave y el perro está paralizado o no está en remisión, es posible que el tratamiento de mantenimiento no sea suficiente. En este caso, se necesita una cirugía de emergencia para expandir el espacio en el cuerpo del área afectada. Esto se hace mediante la extirpación quirúrgica de parte de las vértebras por encima de la médula espinal (también llamada laminectomía). Sin embargo, incluso después de la cirugía, es posible que el perro no se recupere por completo.

La mayoría de los animales con una hernia de disco tienen espasmos musculares en la espalda. El tratamiento de este síntoma implica técnicas de calor y masaje junto con medicamentos. Los medicamentos de uso común incluyen diazepam y metocarbamol. El diazepam es un relajante muscular que se usa para calmar y tratar las convulsiones. El metocarbamol es otro relajante muscular que es eficaz en el tratamiento de los espasmos musculares causados por IVDD. Actúa directamente sobre el sistema nervioso en lugar de sobre los músculos.

Cuidar de

Muchos perros con hernias de disco de leves a moderadas se recuperan y caminan normalmente después del tratamiento. Además, quienes se someten a cirugía tienen más posibilidades de recuperarse si se operan poco después del diagnóstico inicial. Otros se recuperan, pero pueden volver a entrar en la hernia si otros discos desarrollan complicaciones más adelante.

La rehabilitación después de la cirugía es muy importante para ayudar a su perro a recuperar la función y la función. Las condiciones de vida de estos animales pueden ser buenas con el cuidado y el tratamiento adecuados. Aun así, algunos perros necesitan un vehículo especial (como una silla de ruedas para mascotas) para ayudarlos a moverse y funcionar nuevamente.

Evitar

Para las razas propensas a las hernias de disco, mantenerlas con un peso más bajo ayudará a reducir la presión sobre la columna y el cuello. La actividad en vivo con collar también aumentará la presión sobre el cuello, especialmente si el perro tiene tendencia a tirar de la correa. También se les debe proporcionar escalones adecuados para subir a su cama o área, así como una dieta de calidad para mantener una salud óptima.

Debido a que esta enfermedad es de naturaleza congénita, lo más probable es que su veterinario desaconseje mantener razas propensas a hernias de disco.