Cáncer de glándula anal en perros

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Cáncer de glándula anal en perros, dentro y alrededor del ano

Aunque el adenocarcinoma de ano (adenocarcinoma) no es común, es una enfermedad que a menudo no tiene un resultado positivo. Este tipo de cáncer suele ser tumorigénesis rectal en animales o patogénesis con ganglios linfáticos. El adenocarcinoma suele ser maligno y puede extenderse rápidamente a otras partes del cuerpo del animal. En la actualidad hay muchos tratamientos disponibles, por lo general, la cirugía puede mejorar las posibilidades de supervivencia del animal.

La condición descrita en este artículo puede afectar tanto a perros como a gatos. Si desea obtener más información sobre esta enfermedad que afecta a los gatos, visite esta página.

Síntoma

El signo más común de cáncer de glándula anal es un tumor o tumor rectal. Los tumores suelen ser pequeños. Además de ver claramente el tumor, los animales infectados pueden tener dificultades para defecar (estreñimiento), anoréxico, paralizado y puede parecer letárgico.

Razón

El adenocarcinoma anal es común en perros, pero poco común en gatos. Actualmente, no está documentado qué raza es más susceptible a este cáncer. Esta enfermedad suele estar relacionada con un desequilibrio hormonal (glándula paratiroidea), ya que el tumor suele encontrarse en la zona anal. También está relacionado con la aumento de calcio en la sangre en animales.

Diagnosticar

Se insertará una aguja fina en el área anal con cáncer (que se usa para aspirar líquido) y se extraerán las células para examinarlas de acuerdo con las condiciones necesarias. Determinar si un tumor es maligno es difícil, por lo que la prueba de tejido es una prueba útil para el diagnóstico. En algunos casos, se necesitan cirugía y pruebas de tejido completas para diagnosticar el tumor. Algunos veterinarios también utilizarán imágenes de tumores, como radiografías o ecografías.

Tratamiento

El tratamiento adecuado es la extirpación quirúrgica del tumor. La extirpación del tumor y los ganglios linfáticos infectados puede prolongar la vida del animal. Sin embargo, simplemente extirpar el tumor no es una cura. La radiación también se usa para evitar que los tumores regresen localmente.

Cuidar de

Una vez que se haya extirpado el tumor, el perro aún deberá seguir siendo monitoreado mediante pruebas físicas, radiografías, ultrasonido y análisis de sangre. Las pruebas de calcio y las pruebas renales también son eficaces para controlar la enfermedad y prevenir su recurrencia. Es difícil eliminar completamente la enfermedad, aunque la cirugía puede mejorar enormemente la recuperación.

Evitar

Debido a la naturaleza de la enfermedad, actualmente no hay forma de prevenirla.