Linfoma en perros

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Linfoma en perros

El linfoma es un tipo de cáncer que se origina en los linfocitos del sistema inmunológico. Como tipo de glóbulo blanco, los linfocitos juegan un papel importante e integral en el sistema inmunológico defensivo del cuerpo.

Hay dos tipos de linfocitos: B y T. El linfoma puede resultar de la proliferación tumoral de células T o B, o linfocitos no B / T, que se encuentran principalmente en la médula ósea, los ganglios linfáticos y los órganos internos. Pero la mayoría de los casos de la enfermedad en perros están relacionados con los linfocitos B.

Aunque es raro en perros, el linfoma es más común en boxers, golden retrievers, St. Bernard, basset terrier, airedale terrier, escocés terrier y bulldog.

Síntomas y formas de enfermedad.

Los síntomas pueden variar según la ubicación y el estadio del tumor, pero en general, el síntoma común de todas las formas de linfoma es la falta de voluntad para comer.anorexia), debilidad, letargo y perder peso.

Razón

Aún se desconoce la causa exacta de la enfermedad.

Diagnosticar

Deberá proporcionarle a su médico un registro de la salud de su perro y la aparición de los síntomas. Esta información puede dar al médico una pista sobre qué órganos se ven afectados principalmente. Conocer el punto de partida puede hacer que un diagnóstico sea mucho más fácil de precisar. Después de revisar el historial médico, el veterinario realizará un examen completo del perro. Las pruebas de rutina incluyen hemograma completo, pruebas bioquímicas y análisis de orina.

Los análisis de sangre pueden mostrar anemia, niveles anormalmente bajos de linfocitos (linfocitopenia), recuentos anormalmente altos de neutrófilos (neutropenia), recuentos anormalmente altos de monocitos y recuentos anormalmente bajos de plaquetas (células importantes en la coagulación sanguínea) (trombocitopenia) en sangre. Las pruebas bioquímicas pueden revelar niveles anormalmente altos de enzimas hepáticas y calcio, que a menudo se observan en el linfoma. Los resultados de las pruebas de orina generalmente son normales en estos perros.

Es posible que se requieran pruebas más específicas para confirmar el diagnóstico. Las imágenes de diagnóstico, incluidas las radiografías y la ecografía, se utilizan a menudo para evaluar el tamaño de los ganglios linfáticos regionales. Su médico tomará una muestra de médula ósea para enviar a un patólogo veterinario para una evaluación adicional y para determinar la extensión de la enfermedad.

Tratamiento

Actualmente no existe cura para esta enfermedad y la enfermedad a menudo reaparece después del tratamiento. La quimioterapia y la radiación se utilizan a menudo para tratar perros con linfoma. El oncólogo veterinario decidirá si usar quimioterapia o radiación sola en función de la etapa de la enfermedad, la edad y la salud general del perro.

En perros deshidratados, se necesitan líquidos para estabilizar los fluidos corporales. En caso de acumulación anormal de líquido en el pecho o el abdomen, el médico extraerá el líquido acumulado. Sin embargo, la enfermedad a menudo reaparece después de la quimioterapia y rara vez se mantiene a largo plazo. El objetivo final de la quimioterapia sigue siendo mejorar la calidad de vida del perro.

Cuidar de

Actualmente no existe cura para esta enfermedad. La única forma para algunos perros es cuidar para mejorar la calidad de vida del perro. La quimioterapia tiene muchos efectos secundarios y debe hablar con un oncólogo veterinario para obtener las mejores recomendaciones antes de decidirse por esta terapia. Los medicamentos de quimioterapia son muy tóxicos para los sistemas corporales y aparecerán muchas complicaciones durante y después del tratamiento.

La quimioterapia también tiene el potencial de ser peligrosa para los humanos, por lo que debe hablar con su oncólogo sobre el manejo y la administración segura de los medicamentos de quimioterapia en el hogar. La precaución básica es usar guantes de goma antes de administrar el medicamento.

Su médico ordenará un seguimiento y chequeos regulares para evaluar el progreso del tratamiento. Durante el tratamiento son necesarios análisis de sangre periódicos, junto con una evaluación del sistema cardíaco y otros órganos del cuerpo. Deberá visitar a su veterinario con regularidad para realizar un seguimiento. En cada visita, su veterinario evaluará la respuesta de su perro al tratamiento y hará los ajustes necesarios. En caso de complicaciones graves, el médico puede reducir la dosis o interrumpir el tratamiento por completo.

Durante la quimioterapia, los perros son más susceptibles a las infecciones, lo que puede complicar rápidamente la enfermedad, por lo que es importante vigilar de cerca los signos de infección. Llame a su médico de inmediato si observa algún síntoma indeseable en su perro. Nunca aumente ni disminuya la dosis de un medicamento sin antes consultar con su médico. Si le han recetado analgésicos, utilícelos con cuidado y siga todas las instrucciones, asegurándose de que todos los miembros de la familia estén familiarizados con el programa de medicamentos; Uno de los accidentes más evitables con tratamiento es la sobredosis de drogas.