Enfermedad inflamatoria intestinal (EII) en perros

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Un grupo de enfermedades gastrointestinales conocidas como enfermedades inflamatorias del intestino (EII) provocan inflamación en los intestinos y síntomas crónicos relacionados con el sistema digestivo. Aunque se desconoce la causa exacta de la EII, se sospecha que una respuesta anormal del sistema inmunológico causada por bacterias que normalmente residen en el intestino es la causa de la inflamación.

La EII puede afectar a perros de cualquier edad, pero es más común en perros adultos y perros mayores. Ciertas razas de perros pueden ser susceptibles a la EII, incluidos basenji, lundehund, Toro francés y setters irlandeses.

Síntomas y clasificación.

  • Diarrea
  • Pérdida de peso
  • Cansado
  • Depresión
  • Vómitos crónico, intermitente
  • Pedos (flatulencia)
  • Dolor de estómago
  • Rugido del estómago
  • Heces de color rojo brillante con sangre
  • Cabello seco y débil

Razón

Aunque no se ha dilucidado una causa única, se cree que existen muchas causas. Se sospecha que la hipersensibilidad a las bacterias y / o la alergia alimentaria es la principal causa de esta enfermedad. Los alérgenos alimentarios que se sospecha son la causa principal de esta enfermedad incluyen proteínas cárnicas, aditivos alimentarios, colorantes alimentarios, conservantes, proteínas lácteas y gluten (trigo). También se sospecha que los factores genéticos causan la EII.

Diagnosticar

Su veterinario tomará un historial médico detallado y preguntas sobre la duración y frecuencia de los síntomas. Se realizará un examen físico completo y después del examen, el veterinario realizará pruebas de laboratorio de rutina, que incluyen un hemograma completo, análisis de biocompatibilidad, etc. y análisis de orina. Los resultados de las pruebas de laboratorio de rutina suelen ser normales. En algunos perros enfermos, puede haber anemia y un recuento de glóbulos blancos anormalmente alto (como en una infección). En perros con EII, también se pueden detectar niveles anormales de proteínas y enzimas hepáticas. Mientras tanto, se realiza un examen de las heces para verificar la presencia de una infección parasitaria.

Su veterinario puede realizar pruebas para determinar los niveles sanguíneos de cobalamina y ácido fólico para evaluar la función del intestino delgado. Las imágenes de rayos X habituales en estos perros enfermos suelen ser normales. Su veterinario puede realizar pruebas de contraste de bario para una evaluación más detallada. Bari aclara más la imagen de los órganos. Por lo general, se toma por vía oral, seguido de una serie de pruebas de rayos X a medida que el bario desciende por el tracto digestivo. Las anomalías en la pared intestinal, como un aumento del grosor, se pueden observar en las pruebas de contraste de bario. Del mismo modo, la ecografía puede ayudar a identificar cambios en la pared intestinal. Se realizarán pruebas más específicas para descartar si un alérgeno alimentario podría ser la causa de la afección. La extracción quirúrgica de una pequeña muestra de tejido de los intestinos del perro también puede confirmar el diagnóstico.

Tratamiento

En la mayoría de los perros, la EII no se puede "curar" pero es manejable. Sin embargo, incluso después de una recuperación completa, las recaídas pueden ser comunes. Los principales objetivos del tratamiento son estabilizar el peso corporal, mejorar los síntomas digestivos y reducir las respuestas del sistema inmunológico. Por tanto, los inmunosupresores y los antibióticos son los principales componentes de la terapia. Además, en algunos perros se administra cobalamina para tratar la deficiencia.

En casos de deshidratación, se instituye la terapia de reemplazo de líquidos para corregir la falta de líquido. Los perros con vómitos persistentes generalmente no reciben nada de beber y pueden necesitar terapia con líquidos hasta que los vómitos se detengan. El manejo dietético es otra parte esencial de la terapia, siendo las dietas hipoalergénicas las más recomendadas. Por lo general, se necesitan alrededor de dos semanas para observar la respuesta de su perro a dicha dieta.

Cuidar de

El pronóstico a corto plazo en la mayoría de los perros es excelente, pero en los casos graves el pronóstico suele ser malo. Nuevamente, es importante tener en cuenta que la EII no se puede curar, pero es manejable en la mayoría de los perros. Sea paciente con los tratamientos que le dé su veterinario y siga estrictamente las recomendaciones dietéticas. En los perros de establo, generalmente se requerirá un nuevo examen anual.