Dieta para animales con enfermedad inflamatoria intestinal

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La enfermedad inflamatoria intestinal, IBD para abreviar, es la causa más común de vómitos y diarrea crónicos en perros y gatos. Además de la incomodidad causada por los síntomas, las mascotas con EII también experimentan importantes deficiencias de nutrientes. Aunque no existe cura, las estrategias nutricionales pueden ayudar a controlar los síntomas y reducir la cantidad de medicación necesaria para tratar la enfermedad.

¿Qué es la EII?

La EII es idiopática, es decir, no tiene causa. Entonces solo podemos especular. Esta afección se produce debido a una respuesta inmunitaria anormal en la capa más interna del estómago y los intestinos, llamada revestimiento de la mucosa. El revestimiento de la mucosa es responsable de la digestión y absorción de los alimentos. La infección anormal "infiltra" los glóbulos blancos, interfiriendo con estas funciones y provocando síntomas de vómitos y diarrea, dependiendo de dónde se encuentre la infección en los intestinos. Las mascotas con lesiones en el estómago o el intestino grueso suelen vomitar, mientras que las que tienen el intestino delgado presentan diarrea crónica.

Se cree que la enfermedad es una reacción exagerada del sistema inmunológico a las bacterias intestinales normales. De hecho, el uso de antibióticos que matan las bacterias intestinales a menudo funcionará. Las respuestas inmunes anormales a las proteínas de la dieta también pueden ser las culpables. En este caso, se recomienda una nutrición mejorada o una dieta restringida en proteínas.

Cuando tiene EII, los antibióticos y los ajustes dietéticos no curarán la enfermedad. En su lugar, se deben usar corticosteroides, prednisona o prednisolona y el fármaco de quimioterapia azatioprina si las condiciones lo permiten.

Plan de nutrición para mascotas con EII

La digestión y la absorción se ven interrumpidas por una respuesta inmunitaria hiperactiva que provoca graves deficiencias nutricionales.

Las mascotas experimentarán una pérdida de peso significativa debido a que no pueden absorber suficientes calorías y proteínas. La falta de absorción de magnesio y hierro puede provocar una disminución de la función muscular y nerviosa y anemia. La deficiencia de zinc agrava la diarrea. En general, las bacterias intestinales producen cantidades adecuadas de vitaminas B12 y K. Pero este no es el caso de las mascotas con EII. La deficiencia de vitamina B12 puede aumentar la gravedad de la anemia y la deficiencia de vitamina K puede prolongar el tiempo de coagulación de la sangre, aliviar el sangrado y la pérdida de sangre en pacientes con EII.

Aumentar el nivel de proteína en la dieta, tomar una variedad de suplementos de vitaminas y minerales puede ayudar a estos pacientes. Se recomienda utilizar fuentes de proteínas poco habituales (ternera, pato, salmón, etc.) o hidrolizadas. El método de inyección se puede utilizar para complementar las vitaminas y minerales de las mascotas si la enfermedad es más grave.

Los pacientes con EII también presentan deficiencias de antioxidantes. El aumento de la producción de radicales libres con inflamación y deficiencias de vitaminas A, E y C, y minerales antioxidantes como zinc, manganeso y cobre también acelera la oxidación. Se ha demostrado que la suplementación con antioxidantes es eficaz para reducir el daño intestinal.

El uso de prebióticos y probióticos para tratar la EII ha recibido mucha atención. Los resultados aún son contradictorios, pero todos están de acuerdo en que la cantidad de prebióticos amigables con el intestino ha aumentado y pueden ayudar a los pacientes con EII. El número de bacterias probióticas beneficiosas aún no se ha determinado para los pacientes con EII. Se cree que los productos veterinarios son de baja calidad, por lo que un producto humano puede ser un mejor complemento.

El aumento de la ingesta dietética de ácidos grasos omega-3 puede reducir la respuesta inflamatoria devastadora y ser eficaz en los seres humanos. Sin embargo, este enfoque aún no se ha probado en mascotas con EII y actualmente no existe una dosis establecida de aceite de pescado para los pacientes. Sin embargo, sigo usando aceite de pescado para el tratamiento.

Actualmente, hay pruebas principalmente limitadas de la efectividad de la dieta para el tratamiento de la EII, por lo que espero que se realicen más y más estudios sobre estrategias de intervención nutricional más amplias.